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EL CORAZÓN DEL BANQUERO

Todos los humanos tienen corazón, los banqueros también. Dicen que apretó tuercas para salvar el sistema, que fue inflexible cuando la pandemia, pero unió a casi una entera nación, cohesionó a un país volcánico. Nuestra mirada generosa está llamada a alcanzar también a quienes se salen de nuestro espectro. No hay nada más grande en un dirigente que lograr unir a unos y otros en torno a un proyecto común.

Se retira con la conciencia tranquila, pero el trabajo a medio hacer. Ahora se frotan las manos los que suman y cierran fronteras, los que ahorran salvavidas en el Mediterráneo, los que sólo piensan en sus particulares proyectos, los que aplauden a Putin… Todos los humanos tienen corazón, el de Mario Draghi debía añadir además sobrada cordura.

Cuando el chauvinismo, la cerrazón y la intransigencia a la italiana, cuando Giorgia Meloni y sus "Hermanos" ganen las elecciones del 25 de Septiembre, muchos pegarán su oído con nostalgia al viejo corazón del banquero.

Nunca es tarde para desandarnos en los tramos errados. Guiñar al banquero nos reconcilia un poco con nuestro pasado incendiario. Es preciso soplar sobre las botellas que nunca debimos haber prendido.

 
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